Publicado en la sección de Humanización de Economist&Jurist
Lamentablemente, el ejercicio de la abogacía sufre un bajo nivel de bienestar y sus cotas de satisfacción profesional parecen muy limitadas[1]. Somos conscientes de la necesidad imperiosa de adaptarnos al cambio innegable que estamos viviendo, pero nos aterra dar pasos efectivos que nos lleven a salir de lo que hasta ahora era nuestra zona de confort y nos permitan desarrollar con éxito nuestra trayectoria personal y profesional.
Acusamos a la tecnología disruptiva como la Inteligencia Artificial, el Big Data o la robotización de la destrucción el empleo, aferrándonos a datos como el del World Economic Forum de que 7,1 millones de empleos se perderán por la incidencia de la automatización en las empresas. Pero no es más que un falso mito que se sustenta en una interpretación sesgada de los datos. Esa automatización, según la misma fuente, generará 2,1 millones de nuevas posiciones en 2020 relacionadas con la Industria 4.0. Y en esta línea, un estudio de la Universidad de Oxford[2], que afirma que el 65% de los niños que hoy estudian primaria trabajarán en profesiones aún por inventar.
«El ejercicio de la abogacía sufre un bajo nivel de bienestar y sus cotas de satisfacción profesional parecen muy limitadas»
Por tanto, la destrucción de empleo es, en realidad, una transformación. Las oportunidades creadas por los continuos avances tecnológicos son tan innegables como los desafíos que representan. Eso sí, las personas tenemos que cambiar radicalmente nuestra forma de trabajar, actualizar nuestras competencias y adaptarlas a lo que demanda el mercado. La fuerza laboral debe alinearse a las habilidades futuras, y la formación no será algo puntual, sino que requerirá un reciclaje y una actualización constantes.
En este nuevo paradigma, los Abogados no sólo deberán tener un dominio del conocimiento técnico-jurídico de la profesión (hard skills), sino también un conjunto de habilidades emocionales (soft skills) que ayudarán a mantener la empleabilidad, la competitividad y la relevancia dentro de una empresa y permitirán que determinados perfiles y oficios no sean fagocitados por la robótica. Al respecto, el Foro Económico Mundial o Foro de Davos, ha asegurado que debemos superar a las máquinas en lo único en lo que ellas no podrán superarnos nunca: con las soft skills. Esas habilidades clave para la mejora de la eficacia y sostenibilidad transversal que las empresas demandarán en 2020 son las siguientes:
- Resolución de problemas complejos
- Pensamiento crítico
- Creatividad
- Gestión de personas
- Coordinación con otros
- Inteligencia emocional
- Análisis y toma de decisiones
- Orientación al servicio
- Negociación
- Flexibilidad cognitiva
«Los Abogados no sólo deberán tener un dominio del conocimiento técnico-jurídico de la profesión (hard skills), sino también un conjunto de habilidades emocionales (soft skills) que ayudarán a mantener la empleabilidad, la competitividad y la relevancia dentro de una empresa y permitirán que determinados perfiles y oficios no sean fagocitados por la robótica»
El Foro alienta a gobiernos, educadores, líderes, empresarios, a ser proactivos de cara a estas nuevas habilidades para capacitar a las personas para que todos se beneficien de la Cuarta Revolución Industrial. Y el sector legal no es ajeno a esta realidad.
Por su parte, LinkedIn Learning ha analizado los datos de los más de 660 millones de profesionales de su red y más de 20 millones de empleos para seleccionar las 15 aptitudes interpersonales más demandadas para el 2020. Encabezan la lista la creatividad, la colaboración, la persuasión, la capacidad de adaptación y la inteligencia emocional, todas relacionadas con la forma de trabajar con los demás y proponer nuevas ideas.
Vemos que los desafíos tecnológicos que imponen la era digital, la globalización, los nuevos modelos de negocio y el ritmo vertiginoso con el que cambian las necesidades de los consumidores son parte de los retos actuales que se imponen en un mercado competitivo y para avanzar en una carrera profesional. Y para ello, necesitamos cambiar nuestra forma de trabajar y nuestras capacidades, pues no están adaptándose al mismo ritmo. Según el último estudio “Carencia de Capacidades” elaborado por la plataforma global Udemy, casi un 82% de los trabajadores ha tenido que adquirir habilidades adicionales para realizar su trabajo de forma eficaz y un 73% considera que las capacidades necesarias para realizar su trabajo actual cambiarán en tan solo cinco años.
Según el referido Informe, estas habilidades menos técnicas y más relacionadas con el talento ─como el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, la gestión del cambio, las competencias comunicativas (on y off line) o la dirección de equipos─ son actualmente las más valoradas y se han convertido en un aspecto clave en los procesos de selección.
Las universidades se están adaptando a estos cambios del mercado, y vemos programas de Derecho con mayor cabida a estas habilidades, con un enfoque global de la profesión, con conocimientos de legal tech y multidisciplinares o con métodos de enseñanza más interactivos como el método del caso. También ciertos despachos apuestan por el desarrollo de estas habilidades, como es el caso de DWF-RCD con su plataforma de aprendizaje interna The DWF Academy y el programa 5 Star Futures, que busca permitir que jóvenes aspirantes desarrollen sus habilidades con un enfoque hacia la empleabilidad. O figuras como la del Abogado LIM (Legal Interim Manager), que se han adaptado al nuevo paradigma y siendo profesionales experimentados, flexibles, especializados y de alto rendimiento, muy operativos y enfocados a resultados, son contratados durante un tiempo determinado en una empresa o despacho para un proyecto concreto.
Y además de poner foco en este conjunto de habilidades, para la sostenibilidad de la profesión irrumpe con fuerza la necesidad de alcanzar el bienestar o equilibrio personal y profesional. El wellbeing no es una moda sino una necesidad -que además repercute directamente en la cuenta de resultados-, de altísima demanda en una población cuyo 80% sufre algún tipo de estrés pues la mayoría vivimos en permanente estado de alerta, de hiperconectividad, de tensión por responsabilidades y multitareas asumidas y sin poder conciliar nuestras vidas. En el citado I Estudio sobre el Bienestar de la Abogacía, se preguntó a los abogados si estarían dispuestos a reducir su jornada y sueldo a cambio de una mayor calidad de vida, y lo tuvieron claro, la mayoría (82%) estaría dispuesta para poder conciliar su vida personal y familiar con la laboral. El objetivo es claro, queremos producir más y vivir mejor.
En conclusión, tanto las soft skills como el bienestar son un valor en alza en un entorno en el que compartiremos mesa y mantel con algoritmos y robots. El mercado de Robotics e Inteligencia Artificial crece globalmente y está previsto que llegue a más de 26 billones de dólares en el año 2023[3]. No sólo estamos ante una revolución tecnológica, sino de transformación cultural y, en el caso del sector legal, de mayor humanización de la profesión.
¿Y si el robot del futuro eres tú? Dejemos de tener miedo a la Industria 4.0 y avancemos de su mano transformando nuestra forma de trabajar, apostando por las soft skills y el bienestar cuya relación directa con la productividad tiene reflejo tanto en nuestra felicidad como en nuestro negocio. Implantar este estilo de vida wellbeing y desarrollar las habilidades emocionales demandadas es una responsabilidad de todos y para todos. Y una apuesta ganadora. ¡Más “hard” que nunca!
«En conclusión, tanto las soft skills como el bienestar son un valor en alza en un entorno en el que compartiremos mesa y mantel con algoritmos y robots»
Conclusiones:
- Somos conscientes de la necesidad de adaptación al cambio de mercado, pero nos aterra dar pasos efectivos.
- La destrucción de empleo por la Industria 4.0 es, en realidad, una transformación del mercado laboral
- La fuerza laboral debe alinearse a las habilidades futuras, con una formación que requerirá un reciclaje y una actualización constantes
- Las soft skills nos ayudarán a mantener la empleabilidad, la competitividad y la relevancia en una empresa y permitirán que determinados perfiles y oficios no sean fagocitados por la robótica
- Debemos superar a las máquinas en lo único en lo que ellas no podrán superarnos nunca: con las soft skills
- El wellbeing es una necesidad, queremos producir más y vivir mejor.
- Dejemos de tener miedo a la Industria 4.0 y avancemos de su mano transformando nuestra forma de trabajar, apostando por las soft skills y el bienestar
[1] Aunque el 75% de los abogados españoles está satisfecho con el desarrollo y ritmo de su carrera profesional, 3 de cada 10 escogerían otra carrera si pudiesen volver atrás – I Estudio sobre la Salud y el Bienestar de la Abogacía Española elaborado por Lefebvre y el Instituto de Salud Mental de la Abogacía
[2] The future of employment: how susceptible are jobs to computerisation?, Carl Benedikt Frey and Michael A. Osborne
[3] Según el análisis de Deloitte y Bulger Partners.